jueves, 24 de octubre de 2013

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA SEMINCI: JORNADA CUARTA

Ayer miércoles fue un día duro, fue un día triste y fue el día que muy posiblemente echaron la peor película de la SEMINCI (eso espero) en la Sección Oficial. Película de la cual se salió mucha gente y otro tanto pataleo. 

Yo no estoy de acuerdo con los pataleos sobre todo, si provienen de gente adulta. Si no te gusta te sales o si permaneces, entonces te quedas en silencio al finalizar la misma. 

Otra cosa es la juventud, todos hemos sido jóvenes y no voy a negar la evidencia yo también en su época patalee cuando existía el antiguo Teatro Calderón (antes de la reforma) Me acuerdo seguramente del mayor pataleo que ha recibido la SEMINCI cuando el jurado otorgó en 1992 la Espiga de Oro a la película canadiense "Leolo" del director Jean Claude Lazón de forma ex-aequo con "El largo día acaba" de Terence Davies, las cuales fueron muy elogiadas por la crítica pero rechazadas por el público de tal manera que cuando recibieron el mayor galardón casi se caen los cimientos del Calderón de los pataleos (incluido el apuntador) que recibieron. 

Pero digamos que por entonces lo de los pataleos tenía más gracia, en la mayoría por no decir en todos los hogares no había Internet tan solo el Spectrum para jugar a los marcianitos o al comecocos y claro está las entradas había que irlas a buscar a taquilla, formándose colas desde la noche anterior con los sacos de dormir o sino pues tocaba madrugar a las 5 de la mañana para comprarlas. 

Bueno pues después de esta pequeña introducción vayamos ya a comentar las películas de la cuarta jornada del miércoles. 

Entre la primera (de la Sección Punto de Encuentro) y la segunda (de Sección Oficial) podemos decir que hay bastantes similitudes ya que ambas tratan de los conflictos, luchas y guerras (no sé hasta cuando) entre israelitas y palestinos. 

En la de Punto de Encuentro titulada Rock the Casbah y dirigida por Yariv Horowitz nos cuenta la historia de jóvenes soldados israelitas que llegan a terreno palestino y se ve la confrontación entre ambas regiones por la lucha de los mismos territorios y en ese conflicto siempre habrá algún herido, algún muerto y jóvenes soldados israelitas o madres palestinas que han perdido a sus hijos se verán inmersos en la mayor soledad o tristeza emocional. 

En la segunda película titulada Omar y dirigida por Hany Abu-Assad sigue la misma trayectoria aunque haya una partitura de amor. Omar es un joven palestino que todos los días debe saltar el muro para encontrarse con la persona que ama; una chica joven, de tez morena y sonrisa dulce. Pero cada vez que salta ese muro pone en peligro su vida y es más, varias veces es atrapado por la policía israelita y sometido a torturas físicas pero también, es liberado para que colabore con ellos en búsqueda de uno de los palestinos que han matado a un soldado de los suyos. 

El final es impactante y nos da como lección que los palestinos odian a los israelitas y que éstos no son más para ellos que monos cazados en plena selva de África. 

En todo caso y como conclusión de estas dos películas se ve claramente que la lucha y el odio de estas dos naciones lleva siempre a la muerte.

Bueno y llegamos ahora a la película pataleada ¡Uff! esperen un momento que respiro y pienso a ver qué digo de ella. 

Normalmente cuando no gusta una película es porque el guión o la interpretación deja bastante que desear, porque la historia es aburrida o porque no se entiende aunque también puede ser una mezcla de las tres cosas. 

En esta película titulada I'm the same I'm an other (Soy el mismo soy otro) y dirigida por Caroline Strubbe cuenta la historia de un hombre que tiene secuestrado a una niña formándose una simbiosis especial mediante la cual al principio existe una lejanía entre ellos dos a pesar que el adulto nunca hace daño a la niña. 

El adulto la lleva a una casa cerca de una playa y allí la encierra sin que pueda salir al aire libre, cuando él sale a la calle. 

La niña cuando está sola tiene comportamientos raros ya que se arranca el pelo, se autolesiona haciéndose heridas en las yemas de los dedos, hace bolas de lana, se esconde debajo de la cama mirando los recortes de los periódicos donde aparece la noticia de sus padres fallecidos enganchados en los muelles del somier o permanece en silencio cuando está el adulto. 

Sin embargo, poco a poco la relación entre ellos dos va mejorando y enfatizan de tal manera que el adulto deja salir a la niña a la playa y es más un día van a la piscina, juegan con el agua como si fuesen padre e hija, ambos ríen y son felices. 

Tal vez podemos pensar que el adulto más que un secuestrador es una persona que ha acogido a la niña huérfana que se ha quedado sin padres por un accidente pero en ese momento mágico es entonces cuando el adulto es atrapado por la policía y la niña recogida por la Asistente de la Tutela de Menores. 

La historia tal como la he contado parece interesante sin embargo, la falta de profundidad dio como consecuencia que no gustase a mucha gente incluido a mí. 

Y vamos a terminar el día hablando de Metro Manila dirigida por Sean Ellis donde impera la pobreza y el engaño desde el punto de vista de la trampa. Se trata de una pareja joven con críos pequeños (la niña 9 años, otro de 2 tal vez) y la mujer embarazada de 5 semana. Esa pareja viaja casi sin dinero, sin alimentos y sin ropa a Metro Manila pues piensa que va a ser la ciudad de sus sueños de sus oportunidades. 

Sin embargo, se ven envueltos en continuos engaños o en situaciones difíciles como por ejemplo nada más llegar un listo le alquila una casa que era del Gobierno y tienen que salir de allí perdiendo el hogar y todos los ahorros o la madre que se ve obligada a trabajar como camarera en un prostíbulo e incluso como no llega al mínimo de clientes establecidos, la dueña pregunta a la madre por la edad de la hija mayor. 

Y también el padre que se ve comprometido en un trabajo peligroso como conductor de camiones blindados de seguridad para entregar dinero y cuyas consecuencias serán fatales aunque al menos al final surgirá una pequeña esperanza para su mujer y sus hijas. 

En definitiva, un día duro con muertes, conflictos, torturas, engaños y una chispa de amor.Y hablando de esto último a ver si hoy nos da la SEMINCI una alegría y proyecta películas que nos hagan más felices. 

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